3 marzo, 2021

Esther Anaya Boig vive en Barcelona y se dedica a la movilidad ciclista desde que hizo el proyecto de final de carrera sobre el tema, en 2004. Empezó trabajando en consultorías de movilidad y asociaciones ciclistas haciendo un poco de todo: estudios, campañas, gestión de proyectos… ha tocado todos los temas que tienen que ver con la movilidad ciclista, desde las infraestructuras, normativa y planificación hasta educación y comunicación. El año 2011 empezó a trabajar como consultora autónoma especializada en movilidad ciclista, el 2012 hizo una estancia a la Comisión Europea para estudiar como se trataba la movilidad ciclista desde dentro. Entonces empezó a buscar posibilidades de hacer un doctorado, y se dio cuenta que le gustaba la investigación y sentía que necesitaba los argumentos más sólidos posibles para apoyar a la movilidad ciclista. El 2014 se aceptó su doctorado en el Imperial College London en el marco de un proyecto europeo, que ha compaginado con trabajos a tiempo parcial desde entonces. Anaya dice estar “en un momento intenso de mi carrera”, puesto que acaba de depositar la tesis doctoral y la defenderá a finales de este mes.

¿Cuáles son tus tareas diarias en el cargo/cargos que ocupas? ¿Qué responsabilidad implican estas tareas y las decisiones tomadas?

Ahora mismo hago varios trabajos a la vez: trabajo apoyando en la comunidad académica del Imperial College dos días a la semana, el resto de mi tiempo hago trabajos de consultoría ciclista y estudios de investigación. ¡Ahora mismo estoy en un momento de transición así que hago un poco de todo!

En cuanto a los contenidos de mis trabajos como consultora, asesoro administraciones públicas sobre sus políticas ciclistas o colaboro con instituciones diversas para proporcionar un conocimiento específico sobre movilidad ciclista. Entre mis últimos proyectos hay propuestas de modificación de ordenanzas municipales, hacer equipo con otras consultorías para la redacción de planes estratégicos ciclistas, evaluaciones de políticas ciclistas con perspectiva de género, estudios de viabilidad de sistemas de bicicleta pública o evaluación de proyectos de financiación internacional.

Entre mis campos de investigación ahora mismo destacan los temas de accesibilidad y equidad ciclista, como hacer que todas las personas tengan acceso a la movilidad ciclista. Mi tesis es sobre la influencia del medio construido y social al comportamiento ciclista y combina psicología, transporte y salud. He coescrito más de 35 artículos académicos y tengo varios cargos en asociaciones y grupos de investigación internacionales.

¡Mi trabajo podría no acabar nunca, es infinito! Igual que el conocimiento y la curiosidad. Por eso, sobretodo durante los últimos años he dedicado tiempo y esfuerzos a desarrollar una manera de trabajar saludable. Es “work in progress”, pero he aprendido que es de vital importancia cuidarse y cuidar las personas que nos rodean. Desde que llegué al Reino Unido me he formado como profesora de meditación, yoga y Pilates, ¡y por ahora son herramientas que he integrado en mi día a día y que me ayudan muchísimo!

¿Cuáles han sido tus grandes logros a tu carrera profesional? ¿Tienes algún otro logro/ambición pendiente en un futuro?

Estoy especialmente contenta de haber tomado las decisiones que he tomado, por los motivos que las he tomado. Me considero privilegiada porque he podido  acceder a los estudios y al conocimiento que he querido en el momento que he querido, perotambién ha significado sacrificar alternativas más fáciles y cómodas. He dejado trabajos estables para poderme dedicar a los temas que me interesaban más y poderlo hacer a mi manera. Muchas veces me he sentido yendo contra la corriente, como por ejemplo cuando estoy acabando un doctorado a los 43 años. Cuando acabé la carrera no me pasaba por la cabeza hacer investigación, per ocuando sentí que era lo que quería hacer, lo hice. Para mí es importante no arrepentirme de nada, tomé las mejores decisiones que podía en los momentos que podía y siempre he sentido que estaba donde quería estar, aunque fuera difícil. Este es el logro más importante para mí y mi ambición, estar en paz conmigo misma. ¡Que no es poco! Es un logro que tengo que poner a prueba cada día, con cada decisión. Y a veces me equivoco también, eh? Generalmente porque digo que sí cuando tendría que decir que no y entonces me cargo demasiado de trabajo y esto puede generar frustración. Pero es parte del camino y hago lo que puedo para avanzar en el aprendizaje. Y bien, cuando tenga el título de doctorado, también será un hito muy importante, a pesar de que de nuevo, el camino que me ha llevado lograr este hito también ha sido importante, con sus altibajos.

¿Crees que en el sector de la investigación se impone la visión masculina?

Mucho. El mundo académico reproduce los desequilibrios sistémicos que tenemos en la sociedad, nos los llevamos cuando nos metemos en la universidad, pero es que allá empeoran. Evidentemente hay ciencias donde hay más desigualdad de género, pero es generalizado. El académico es un sistema que agravia las desigualdades por el hecho de ser un mundo muy competitivo, que se basa en producir (publicaciones y otros méritos) en una situación jerárquica que provoca muchos desequilibrios de poder y, por lo tanto, negligencias y abusos. No solo de género, sino también de clase social, etnia, lengua, etc. Hay un documental reciente que se llama “Picture me a scientist” que explica cómo las mujeres que hacían investigación en el prestigioso MIT (Massachusetts Institute of Technology) empezaron a documentar las desigualdades que sufrían el 1994 (¡¡ayer mismo!!) para pedir que se tomaran medidas. Ellas vieron que tenían menos espacio en los laboratorios que los hombres, entre otras muchas desigualdades. El documental está lleno de datos, cuanto más arriba se sube en la escala del mérito académico, menos mujeres hay. Y el porcentaje de mujeres que han sufrido acoso sexual o que han abandonado sus carreras por estos motivos… quién sabe cuántos adelantos científicos ha perdido la humanidad por causa de estos abusos, es tan estúpido… pero está muy arraigado en nuestro sistema social y cultural, nos queda hacer mucho trabajo todavía.

¿Has encontrado diferencias laborales entre trabajar en Barcelona y trabajar en Londres en cuanto a las políticas género que se aplican a las empresas?

Pues mucha. Los procesos de selección son más justos, al menos aparentemente, a pesar de que los resultados de estos procesos todavía muestran desequilibrios. Un ejemplo es que allá no se pone ni la foto ni la fecha de nacimiento al CV, para que no puedas ser juzgada por tu aspecto ni por tu edad en cuanto al puesto de trabajo al cual quieres acceder. Estoa yuda. Otras cosas que están más normalizadas allá son los planes de igualdad. De nuevo, no quiere decir que hagan que todo sea perfecto, pero al menos las leyes obligan a recoger datos, a hacer planes y a ser transparentes. Hace un par de años entró en vigor una ley que decía que todas las empresas del estado tenían que publicitar sus balances de género en la plataforma del gobierno, o si no, recibirían una sanción proporcional a su facturación. Y lo hicieron, y muchas empresas tenían carenciases candalosas, pero fue un primer paso para visibilizarlo e intentar que las empresas se responsabilizaran.

En mi departamento (Centre for EnvironmentalPolicy) estoy en un comité que se llama Athena Swan. Athena Swan es un sistema de certificación de igualdad de género para las universidades inglesas. Se genera un plan y se tienen que ir aplicando las medidas del plan. Pienso que aquí no tenemos nada parecido a esto.

¿Te has podido encontrar trabas en tu carrera profesional con aspectos vinculados al hecho de ser una mujer?

Es difícil saber la dimensión de estas trabas, a pesar de que a veces he experimentado como se daba más voz a hombres investigadores con menos conocimientos que yo sobre un determinado tema, por ejemplo. Son cosas sutiles, pero que tienen un impacto. También he experimentado el hecho de estar en reuniones y ser la única mujer, la más joven y la extranjera. Hay situaciones donde no es solo ser mujer, sino que hay un efecto interseccional en que hay varios elementos que restan a la vez. Y aquí toca ser asertiva, pedir la voz, llamar la atención cuando pensamos que nos están ignorando, recordar que estamos allá, etc. Y esto cuesta, y es energía y tiempo de más que las mujeres tenemos que invertir. A veces también organizándonos porque se hagan políticas más igualitarias, esto tendría que estar superado y este tiempo lo utilizaríamos para avanzar en nuestra carrera, pero tenemos que estar en todos estos grupos, empujando juntas o el sistema nos continúa silenciando y echando. Hay que estar muy atenta a las dinámicas sutiles y entrenarse en cómo desmontarlas de la mejor manera.

¿Dispones de espacios a tu trabajo para gestionar la discriminación sexista? Estos espacios están pensados para desarrollar prácticas feministas como las curas, la lucha contra el acoso laboral y sexual y por razón de sexo, conciliación, o la democracia?

En la universidad, las mujeres estamos penalizadas porque las curas, los embarazos, las tareas diarias… nos hacen salir del sistema temporalmente o nos sacan tiempos y no se nos compensa por eso. Las carreras de los hombres no tienen interrupciones, si no las quieren, pero las mujeres las tienen que tener por la función reproductiva y de curas. Hay algunos mecanismos de compensación (financiación por proyectos de mujeres que vuelven después de baja maternal, etc.) pero son muy pocos y no están integrados de forma sistemática, al menos no lo están ni UK ni en España. Además de esto, en UK hay mecanismos para gestionar la discriminación sexista, hay servicios en la universidad para guiarte y apoyarte si piensas que eres víctima de discriminación. Yo fui delegada de estudiantes y recibí formación para orientar a estudiantes que pudieran acercarse a mí con este problema, la parte de denuncia está integrada en el sistema. Lo que no es tan efectivo es el impacto que estos agravios tienen en los que los han provocado. No siempre hay consecuencias y a veces el mismo sistema protege los infractores si atraen financiación para investigación, por ejemplo. Los procesos quedan recogidos por estos sistemas, pero los efectos no siempre se hacen evidentes.

¿Crees que es importante celebrar el 8M?

¡Ojalá no lo fuera! Esto querría decir que no hay nada a reclamar, a visibilizar, a denunciar… y hay tantas cosas. Es muy importante. Lo que más valoro de la tarea feminista en este momento es el que aprendemos las unas de las otras. No siempre ni todas hemos tenido la formación o el acceso a la información y las prácticas feministas; y es muy importante que nos responsabilicemos para conocer los datos, las situaciones, los lenguajes, las habilidades que necesitamos para conseguir una sociedad más justa. Estoy muy impresionada con las mujeres feministas más jóvenes que yo, me siento muy humilde al lado suyo. Tengo esperanza que este es nuestro camino, intergeneracional, interseccional, diverso y radical, en el sentido original de la palabra: arraigadas, con los pies a tierra, conectadas y apoyándonos.