Leo Bejarano ha sido una persona muy importante por el Colegio de Ambientólogos de Cataluña. Su trabajo durante once años, dos de ellos como presidente, ha dejado una impronta imborrable. Por eso cuando a finales de febrero se oficializó su nombramiento como nuevo jefe de la Oficina Catalana al Canvi Climàtic, sentimos una inmensa alegría. Hablamos con él sobre este nuevo reto, sobre el cambio climático en nuestra casa y recordamos su paso por el COAMB.
COAMB- ¿Cuáles son los retos que encaras en tu nueva etapa como jefe de la Oficina de Cambio Climático?
Leo Bejarano– A corto plazo un reto importante, pero que me hace especial ilusión es la creación de la Asamblea Ciudadana por el Clima, como mecanismo de participación e implicación de la ciudadanía en la definición de las políticas públicas en relación con el cambio climático. A medio plazo tenemos ante el despliegue de la recientemente aprobada Estrategia Catalana de Adaptación al Cambio Climático 2021-2030 y de algunos aspectos todavía pendientes de la Ley 16/2017 del cambio climático. Un último reto importante, pero que puede suponer una transformación relevante a nivel de país sería la presentación de los presupuestos de carbono en el Parlament de Catalunya.
COAMB- ¿Cataluña está preparada para gestionar todos los compromisos adoptados en el seno de la Unión Europea en materia medioambiental?
LB– La voluntad política y los conocimientos técnicos están ahí. Ahora hemos puesto en marcha toda la maquinaria para alcanzar los objetivos de 2030 y 2050. Habrá que hacer grandes pactos, nadie duda, pero la sociedad está altamente sensibilizada en este tema y el tejido empresarial y los poderes públicos están mucho por la labor. El cambio climático ocupa ya una posición central en la agenda de país, algo impensable hace unos años. Quiero creer que no es un posicionamiento sólo por quedar bien. Así lo espero, al menos.
COAMB- Una de las tareas prioritarias será organizar la Asamblea Ciudadana por el Clima. ¿Qué se pretende con esa asamblea? ¿Está el ciudadano catalán suficiente sensibilizado?
LB– La sociedad catalana es muy diversa y el nivel de sensibilización también. Lo que sí podemos asegurar es que todo el mundo ha oído hablar de cambio climático y los estudios nos dicen que hasta un 90% de la sociedad está preocupada por el tema. Con la creación de la Asamblea Ciudadana por el Clima queremos favorecer el consenso con la ciudadanía en la gestión y la lucha cuenta el cambio climático en Cataluña, teniendo muy presente que comportará cambios en todos los ámbitos: económico, ambiental, paisajístico, educativo, social , y que esta transformación necesitará la máxima participación y consensos posibles.
COAMB- Estamos viviendo una sequía muy preocupante en Cataluña. ¿Qué medidas debemos tomar los ciudadanos para fomentar el uso más sostenible del agua?
LB– Cualquier medida de ahorro y reutilización del agua seguro que será bienvenida: aireadores de grifos, revisión de fugas, riegos gota a gota, que el inodoro no se convierta en una papelera, duchas en vez de baño, llenar bien la lavadora , y recogida de pluviales para regar plantas… se pueden hacer mil cosas… Si miramos series climáticas largas en nuestra casa siempre hemos tenido períodos de sequía, forman parte del adn de nuestro clima, el problema es que de unas décadas hacia aquí el período entre sequía y sequía se acortó y la intensidad de estas sequías es mayor.
COAMB- Si no frenamos el cambio climático, ¿qué consecuencias puede vivir Cataluña en los próximos años?
LB– El cambio climático ya está poniendo en riesgo los ecosistemas naturales y la biodiversidad, el desarrollo económico y social e incluso la salud y el bienestar. Los cambios principales que observaremos en primera instancia serán un incremento de las temperaturas, una reducción general de la precipitación, especialmente significativa en el verano, sequías más frecuentes y graves y un aumento de la evapotranspiración. Desaparición de la nieve permanente de los glaciares y del grosor medio de innivación. También veremos cambios fenológicos en las especies, también las cultivadas, así como el aumento de fenómenos meteorológicos extremos. Pero no quisiera poner mucho la lupa en esto, que ya todo el mundo sabe y nos lleva al bloqueo. Me parece más interesante proyectar futuros posibles.
COAMB- Has estado once años miembro del COAMB siendo durante dos años el presidente de la entidad. ¿Cuál es el hito más importante o al que das más valor durante tu mandato? ¿Qué esperas del COAMB en el futuro?
LB– De los años que estuve de presidente guardo un buen recuerdo de la creación de la Red Ambiental de Empresas y Entidades del COAMB, de los ciclos de Diálogos Ambientales o de los Premios de Ciencias Ambientales. A la que doy mayor valor claramente es a la reciente creación del Cuerpo de Ambientólogos y Ambientólogas de la Generalitat de Catalunya, este pasado 2022. Me parece la mejor noticia para el colectivo desde la creación del COAMB. Era una anomalía de país que 25 años después de la creación de los estudios los graduados/das en Ciencias Ambientales no tuviéramos un cuerpo propio en la Administración catalana.
COAMB- Has participado en actos del Movimiento por la Justicia Climática. ¿Sigues involucrado? ¿Qué hacer desde esta red para potenciar el cambio?
LB– Toda buena idea siempre nace en la calle y transita a posteriori hacia las instituciones. Sin el latido de la gente que lucha y reivindica una acción climática valiente las fuerzas políticas e institucionales no tendrían el motor ciudadano necesario para poner en marcha este cambio. Ahora, con mi nueva responsabilidad lógicamente tengo que mantenerme un poco al margen de incidir y participar en el movimiento de justicia climática, pero las personas están ahí y la estima también sigue intacta. Y me quedan los aprendizajes y los principios, que es muy importante en el tsunami diario. Yo cada día cuando me siento en la silla me repito: Leo, no olvides de dónde vienes. Miro hacia fuera por la ventana, y sonrío.