El pasado martes 11 de febrero se presentó el estudio sociológico cualitativo ‘Las mujeres profesionales en Cataluña. Situación actual y perspectivas de futuro’, un trabajo elaborado por la socióloga Anna Parés e impulsado por la Comisión de Mujeres e Igualdad de La Intercolegial de Colegios Profesionales de Cataluña que ilustra y complementa los datos de la última encuesta sobre cuestiones de género del CEO, presentados el viernes. Si la estadística muestra que las mujeres piden diez veces más permisos en el trabajo que los hombres para atender obligaciones domésticas o familiares, el estudio de la Intercolegial apunta a las grandes dificultades para conciliar la vida personal y laboral como uno de los obstáculos para la equidad de género en el campo profesional.
“Cuando eres madre, se espera que te dediques a la familia”, afirma una de las entrevistadas. “Pedí una reducción de jornada para cuidar de mis hijos, me cesaron y en mi lugar pusieron a un hombre”, explica otra. El resultado de esta cultura es que “las mujeres toman decisiones que implican una cierta renuncia de su carrera profesional tras ser madres: reducción de jornada laboral, excedencia, dejar el trabajo, etc.”, constata el informe. Se trata de “factores externos y barreras autoimpuestas” que, a la práctica, hacen que los estereotipos de género condicionen las elecciones y las oportunidades.
La percepción general de la situación que recoge el estudio destaca que se infravalora el trabajo de las mujeres y se cuestionan sus opiniones; persiste una mirada sexualizada que hace que se la juzgue por su apariencia; el acoso es un problema importante; y para ser escuchadas deben adoptar roles masculinos y demostrar continuamente su valor, entre otras constataciones. Respecto al paternalismo y los comentarios poco respetuosos, una de las testigos señala que “se envuelve con una cortina de broma, pero no hace ninguna gracia”.
La segregación horizontal se refleja en las condiciones desiguales para mujeres y hombres, pese a tener la misma categoría laboral. La brecha salarial, del 23,4% según los últimos datos del INE, es una de las muestras, pero también se manifiesta en el tipo de tareas y los roles que asume cada uno: los hombres adoptan el rol visible y representativo, y son las ‘voces legítimas’ en los lugares de conocimiento, mientras que a las mujeres se les asignan “tareas de soporte y administración, no de liderazgo”, argumenta una de las entrevistadas. “Las profesiones técnicas son un mundo de hombres”, concluye otra. En total han participado 37 profesionales colegiadas de los sectores tecnológico, económico, jurídico, social, de la comunicación, la enseñanza y la salud, de edades diferentes y de diversos municipios de Cataluña.
La segregación es también vertical, de desequilibrio en la responsabilidad: “El problema es avanzar dentro de la profesión. No hay un techo de cristal, hay un techo de hormigón”, denuncia una de las voces. Dentro de los mismos Colegios se constata el sesgo, aunque menos acusado: habiendo más mujeres colegiadas que hombres (58 vs 42%), en las juntas de gobierno están menos representadas (justo la proporción inversa: 58% de los miembros de las juntas son hombres, ante el 42% de mujeres; en los decanatos, 67% son hombres vs 33% de mujeres). “A veces ves que es una ‘igualdad de fachada’, no se la creen del todo”, afirma una de las profesionales.
En el apartado de propuestas para avanzar hacia la equidad de género, La Intercolegial insta a adoptar la perspectiva de género en las actividades de los Colegios, implementar un sistema de cuotas para asegurar la paridad en los cargos de liderazgo y utilizar un lenguaje inclusivo en todas las comunicaciones, incluso cambiando la denominación de los Colegios si es necesario. También recomienda velar por los usos sociales del tiempo –que los horarios, la formación continua y otras actividades faciliten la vida personal y familiar–, revisar los apoyos e incentivos a la maternidad de las mutuas, aplicar protocolos para actuar ante discriminaciones de género y ofrecer espacios de atención psicosocial para mujeres víctimas de acoso y otros tipos de violencias.
Desde el COAMB, como miembros de la Comisión de Mujeres e Igualdad de La Intercolegial , asistimos a la presentación del estudio.